¿Tiene dificultades para afrontar el fracaso? ¿O alguna vez te has preguntado por qué algunas personas tienen una inmensa capacidad para superar los desafíos más rápido en comparación con otras personas? Carol Dweck no sólo pensó en estas preguntas sino que también convirtió el tema en un éxito de ventas llamado Mindset.
En este libro, el autor analiza el poder que las creencias y la cosmovisión tienen sobre nuestra vida personal y profesional, valorando radicalmente el esfuerzo y deconstruyendo el mito del talento. Para simplificar esta discusión, el autor divide nuestro estilo de pensamiento en dos modelos básicos, la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento.
Según esta analogía, las personas con mentalidad fija creen que las cosas son como son y que la inteligencia es finita, sin posibilidad de expansión. Son personas fatalistas que atribuyen su don o talento a la capacidad de realizar bien una tarea. Como resultado, tienden a abandonar fácilmente una tarea cuando encuentran un obstáculo, utilizando excusas para no esforzarse más en esa acción.
Por otro lado, las personas con mentalidad de crecimiento tienden a persistir. Para ellos la inteligencia es algo que se puede mejorar en cada momento, dependiendo únicamente del esfuerzo realizado. Atribuyen el éxito a una sucesión de intentos, incluidos los fracasos como parte del proceso de aprendizaje. No utilizan su tiempo para arrepentirse, sino que crean nuevas estrategias y ponen más esfuerzo en nuevos desafíos.
En la práctica, tenemos ambos tipos de mentalidad. ¡Sí! Tenemos una mentalidad de crecimiento para algunas situaciones y una mentalidad fija para otras. Por ejemplo, puedo creer que soy “demasiado mayor” para aprender un nuevo idioma y que no podré absorber la información: mentalidad fija.
Pero, al mismo tiempo, veo un desafío en el trabajo como algo que es parte de mi proceso de desarrollo profesional y, por lo tanto, no pongo obstáculos en el camino para desarrollar nuevas habilidades en el trabajo – mentalidad de crecimiento.
Entonces, la forma en que vemos nuestra capacidad para afrontar un desafío y el tamaño del esfuerzo que invertimos en él es lo que influirá directamente en nuestros resultados. Y este estilo de pensamiento nos dará razones para continuar o rendirnos.
Entender que el fracaso es parte del proceso de aprendizaje y persistir, poniendo más esfuerzo en lograr un resultado, es lo que marcará la diferencia entre una persona que supera los desafíos más rápidamente y aquella que se rinde ante el primer obstáculo.
Y ahora, ¿todavía crees que no eres capaz de aprender algo nuevo?