La felicidad y el bienestar son cada vez más reconocidos como importantes indicadores de desempeño en las empresas.
Si bien las medidas tradicionales de éxito se han centrado en el desempeño financiero y la productividad, existe una comprensión cada vez mayor de que la felicidad y el bienestar de los empleados son cruciales para la sostenibilidad organizacional, la responsabilidad social y el logro de metas y resultados colectivos.
La felicidad y el bienestar son medidas subjetivas de éxito que reflejan cómo se sienten las personas con respecto a su vida y su trabajo.
Es decir, aunque sea difícil de medir, medir la felicidad y el bienestar en las empresas es fundamental, porque puede proporcionar información sobre la implicación, la productividad y la retención de las personas en los entornos laborales.
Por ejemplo, un estudio de Gallup (Workplace Consulting and Global Research) encontró que los empleados comprometidos son 21% más productivos que sus colegas no comprometidos.
Además, las empresas con un alto nivel de participación de las personas tienen tasas de rotación más bajas y es más probable que atraigan a los mejores talentos.
Con todo esto en la mano, los ingresos de la empresa, un importante indicador de la salud organizacional, pueden aumentar considerablemente.
Así pues, promover la felicidad y el bienestar en el trabajo no sólo es beneficioso para los empleados, sino también para la organización en su conjunto.
No es casualidad que el bienestar y la salud de las personas formen parte del popular y actual acrónimo ESG - Environmental, Social, and Corporate Governance.
Entre los objetivos propuestos por la ONU, el trabajo decente, la salud y el bienestar conforman 11 de los 17 ODS - Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Según estudios realizados por Harvard Business Review, los equipos felices son aproximadamente 85% más eficientes, 30% más productivos y 300% más innovadores, sorprendentemente.
Por supuesto, esto ya está reconocido de alguna manera. Sin embargo, durante algún tiempo, empresas y líderes pensaron que invertir en juegos, futbolines, videojuegos y bebidas aumentaría la felicidad de los empleados y reduciría el estrés.
Sin embargo, la solución no es tan sencilla. Los líderes deben comprender que la felicidad depende de pilares muy profundos del comportamiento humano.
Es decir, la gente quiere confiar, quiere pertenecer, quiere sentirse incluida, segura, parte de un propósito mayor.
Quieren desarrollo, reconocimiento, éxito y respeto en el entorno laboral.
No hay una respuesta única a esta pregunta. Pero existen metodologías que ayudan en este proceso.
De acuerdo con Patrick Lencioni, autor del best seller Los 5 desafíos de los equipos: Una historia sobre liderazgo, es posible evaluar los cinco comportamientos de los equipos cohesionados, para reducir el estrés y aumentar la felicidad en el trabajo.
Para lograrlo, los líderes deben estar abiertos al enfoque, que se basa en la confianza a través de la vulnerabilidad.
En otras palabras, admitiendo nuestras vulnerabilidades -que durante mucho tiempo fueron vistas como debilidades- construimos entornos seguros y transparentes y cimentamos las bases de la confianza para que las relaciones sean sanas y comprometidas con un bien mayor -en en este caso, el propósito o resultado de la organización.
De hecho, admitir la vulnerabilidad es ser humano. ¡Es, sobre todo, un acto de gran valentía!
Como resultado, las personas empiezan a confiar entre sí. Los conflictos ya no dan miedo ni son improductivos. Al contrario, son productivos en la búsqueda de las mejores soluciones.
La gente se compromete de esa manera. Se sienten pertenecientes, incluidos y dueños de los procesos.
¡Y la felicidad y el bienestar están ahí!
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